III ESTACIÓN JESÚS CAE POR LA PRIMERA VEZ | ||
Hay que volver a las palabras del profeta, que siglos antes ha previsto esta caída, casi como si la estuviera viendo con sus propios ojos: ante el Siervo del Señor, en tierra bajo el peso de la cruz, manifiesta el verdadero motivo de la caída: "Dios cargó sobre él los pecados de todos nosotros". Han sido los pecados los que han aplastado contra la tierra al divino Condenado. Han sido ellos los que determinan el peso de la cruz que él lleva a sus espaldas. Han sido los pecados los que han ocasionado su caída. Cristo se levanta a duras penas para proseguir el camino. Los soldados que lo escoltan intentan instigarle con gritos y golpes. Tras un momento, el cortejo prosigue. Jesús cae y se levanta. De este modo, el Redentor del mundo se dirige sin palabras a todos los que caen. Les exhorta a levantarse. "El mismo que, sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviéramos para la justicia; con cuyas heridas habéis sido curados" (1 Pe 2, 24). |
ORACIÓN Cristo, que caes bajo el peso de nuestras culpas y te levantas para nuestra justificación, te rogamos que ayudes a cuantos están bajo el peso del pecado a volverse a poner en pie y reanudar el camino. Danos la fuerza del Espíritu, para llevar contigo la cruz de nuestra debilidad. A ti, Jesús, aplastado por el peso de nuestras culpas, nuestro amor y alabanza por los siglos de los siglos. R/. Amén. |
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