lunes, 11 de abril de 2011

VIA CRUCIS, 1A ESTACIÓN. N. 1
- Jesús ora en el huerto: Pater mi (Mt XXVI,39), Abba, Pater! (Mc XIV,36). Dios es mi Padre, aunque me envíe sufrimiento. Me ama con ternura, aun hiriéndome. Jesús sufre, por cumplir la Voluntad del Padre... Y yo, que quiero también cumplir la Santísima Voluntad de Dios, siguiendo los pasos del Maestro, ¿podré quejarme, si encuentro por compañero de camino al sufrimiento?
- Constituirá una señal cierta de mi filiación, porque me trata como a su Divino Hijo. Y, entonces, como El, podré gemir y llorar a solas en mi Getsemaní, pero, postrado en tierra, reconociendo mi nada, subirá hasta el Señor un grito salido de lo íntimo de mi alma: Pater mi, Abba, Pater,...fiat!
VIA CRUCIS, 1A ESTACIÓN, N. 2
 - El Prendimiento: ... venit hora: ecce Filius hominis tradetur in manus peccatorum (Mc XIV,41)... Luego, ¿el hombre pecador tiene su hora? Sí, y Dios su eternidad!...
- Cadenas de Jesús! Cadenas, que voluntariamente se dejó El poner, atadme, hacedme sufrir con mi Señor, para que este cuerpo de muerte se humille... Porque -no hay término medio- o le aniquilo o me envilece. Más vale ser esclavo de mi Dios que esclavo de mi carne.
 

VIA CRUCIS, 1A ESTACIÓN, N. 3
Durante el simulacro de proceso, el Señor calla. Iesus autem tacebat (Mt XXVI,63). Luego, responde a las preguntas de Caifás y de Pilatos... Con Herodes, veleidoso e impuro, ni una palabra (cfr. Lc XXIII,9): tanto deprava el pecado de lujuria que ni aun la voz del Salvador escucha.
- Si se resisten a la verdad en tantos ambientes, calla y reza, mortifícate... y espera. También en las almas que parecen más pérdidas queda, hasta el final, la capacidad de volver a amar a Dios.  
VIA CRUCIS, 1A ESTACIÓN, N. 4
Está para pronunciarse la sentencia. Pilatos se burla: ecce rex vester! (Ioh XIX,l4). Los pontífices responden enfurecidos: no tenemos rey, sino a César (Ioh XIX,l5).
- Señor!, ¿dónde están tus amigos?, ¿dónde, tus súbditos? Te han dejado. Es una desbandada que dura veinte siglos... Huimos todos de la Cruz, de tu Santa Cruz.
- Sangre, congoja, soledad y una insaciable hambre de almas... son el cortejo de tu realeza. 

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